A principios de este mes de noviembre, se cumplieron 11 años del nacimiento de este blog. No es que sea algo para resaltar en tu calendario por bueno, ni para guardar un minuto de silencio por malo. Es, simplemente, que he tenido ahora la curiosidad de mirar cuándo lo empecé, he hecho cuentas -las justas, que las mates no son lo mío- y he pensado lo típico de "¡once años ya! Cómo pasa el tiempo. Pero si parece que fue ayer...". Bueno, la última frase no la he pensado porque con más de dos frases me ofusco, pero habría quedado bien.
Nunca te he contado la historia de este blog, ni lo voy a hacer ahora porque no creo que te interese, aunque es una historia que me ha traído hasta donde me encuentro en mi faceta de escritora. No es el típico blog de "voy a hacer un blog para poner todas las tonterías que se me ocurran", sino el no tan típico "toma, aquí tienes un blog para que vuelvas a escribir, porque tú lo vales". Es decir, fue un regalo.
Para muchas personas, un regalo es algo que se compra, que se envuelve, que se entrega en un día señalado. Son personas que valoran los regalos por su precio. Por suerte, para otras muchas, como yo, un regalo es algo inesperado que puede ser porque sí, en plan "vi esto y me acordé de ti", o porque quieren animarte a seguir adelante, o por cualquier otra bonita razón. Y en muchas ocasiones, los regalos como éste, que no han valido dinero, que no tienen ticket, son los mejores. Por eso valoro tanto este blog, por su motivo, no por su precio.
Y como he dicho que hoy no te cuento la historia, bueno, no te cuento la historia completa, porque lo importante ya lo he dicho, voy a terminar aquí, pero con un GRACIAS a la persona que me lo regaló, aunque ahora estemos distanciados por distancia y por otros motivos que no entiendo, o tal vez sólo es la distancia física. Sea lo que sea, me gusta ser agradecida y no olvido los buenos gestos, los buenos momentos que otras personas me han dado.
GRACIAS. |
Como por internet puedes encontrar mucha información acerca de este acontecimiento mundial de la escritura, información en blogs, vídeos, cursos..., yo seré breve: no me gusta Nanowrimo.
No es exactamente que no me guste, es que no le pillo la gracia, el chiste, el por qué ni para qué. Si quisiera escribir 50.000 palabras en un mes, lo haría durante mi mes de vacaciones, y lo registraría antes de subirlo a internet. Que digo esto sin conocer la política de derechos de autor del evento en cuestión, pero me da igual porque no voy a participar porque no entiendo qué sentido tiene porque puede que ni lo tenga porque no lo necesita.
Y hasta aquí, mi opinión acerca de "nanorimo", aunque algunos prefieran decir "nanoraimo", que puede que sea más correcto pero me suena mal.
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